Una buena empresa de limpieza en Zaragoza tiene muy presente que los grafitis se han convertido en un objeto habitual de sus servicios. Esta manifestación del arte callejero contemporáneo está afectando, en numerosas ocasiones, a diferentes empresas y locales corporativos. Si bien es cierto que los auténticos artistas de esta modalidad son respetuosos con los espacios sobre los que trabajan, muchos aficionados y aprendices dañan la propiedad ajena con sus creaciones y obligan a realizar importantes esfuerzos para su limpieza.

Los profesionales de la empresa de limpieza de Zaragoza tienen muy presente que es necesario disponer de una serie de conocimientos y elementos técnicos específicos para limpiarlos. Este proceso regenerador consta de tres fases: identificación/elección del material de limpieza, aplicación y protección.

Dependiendo del material utilizado para la realización del grafiti se precisa un tipo u otro de producto limpiador. Por eso es fundamental conocer todos los procedimientos existentes y aplicarlos en función del tipo de superficie a tratar (no es lo mismo el ladrillo, el pavimento, la piedra, el aluminio, el vidrio o el hormigón, por ejemplo) y su textura, así como de la sustancia aplicada para pintar.

Un dato fundamental es la importancia de agilizar el proceso: cuanto más tiempo de permanencia tenga la pintada, más difícil resultará eliminarla.

Para ello es posible pintar, aplicar removedores químicos o lavar con agua a presión. Esta última es una opción muy utilizada, que suele dar óptimos resultados, aunque, como ya hemos comentado, su validez depende de las circunstancias de cada caso.

Una vez limpia la superficie, es importante aplicar un recubrimiento antigrafiti para mantener su óptima presencia. Ya sea mediante rodillo, brocha o pulverización, es imprescindible hacerlo si deseamos no volver a tener un disgusto en breve, con una nueva pintada sobre nuestra superficie corporativa.

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