Cualquier empresa de limpieza en Zaragoza se ve expuesta a la negativa influencia del cierzo en su trabajo. Para los que no son de aquí, debemos explicar en primer lugar a qué nos referimos. El cierzo es el viento característico de la capital del Ebro. Se trata de un viento de componente norte, muy frío, que sopla con gran virulencia en todo el valle y afecta enormemente a la sensación térmica existente.

El escritor Eugenio d'Ors, buen conocedor de sus efectos, describió Zaragoza como la novia del viento y, verdaderamente, cuando sopla el cierzo la gelidez se cuela por cualquier resquicio de la ropa de un modo inevitable.

Pero ¿de qué modo afecta este elemento climatológico en la actividad de una empresa de limpieza en Zaragoza? Se ha constatado que, en días de cierzo, los bomberos se ven obligados a salir diez veces más que en un día normal. Casi siempre se trata de caídas de árboles, ramas y otros objetos urbanos, como los toldos, las marquesinas o las antenas.

A efectos de limpieza, la consecuencia es doble: por un lado, una exigencia mucho mayor de barrer y recoger la suciedad acumulada por el viento en las distintas zonas al aire libre, como los parques, las calles y las plazas. En segundo, una dificultad técnica mayor para poder hacerlo: con frecuencia, nada más barrer un espacio concreto vuelve a verse afectado, de inmediato, por los efectos de este viento.

Asimismo, los trabajos en altura se vuelven extremadamente peligrosos cuando hay cierzo. No hay que olvidar que su récord de intensidad, alcanzado en 1.954, es de ciento treinta y cinco kilómetros por hora. ¡Incluso la limpieza de cristales con pértigas tecnológicamente avanzadas se complica muchísimo cuando sopla el viento del Moncayo!

Pero, no te preocupes: en Limpiezas Masol, S.L., sabemos cómo comportarnos en esta situación. ¡Nuestra amplia experiencia nos permite garantizar un óptimo servicio de limpieza!